viernes, 18 de noviembre de 2016

El miedo del de enfrente no conlleva tu victoria, pero asegura que no vas a poder contar con su ayuda.

RESPETO
No es casualidad que sea el primer valor del que me apetezca hablar, siempre le he prestado gran atención, quizás porque me parece el más importante o quizás porque veo una carencia del mismo en la sociedad que nos rodea.
Desde el respeto, ¿qué no se puede conseguir de otra persona? La naturaleza humana hace que queramos constantemente sacar el máximo beneficio de las cosas, pero lo que nos interesa ahora es el beneficio que podemos obtener de la gente que nos rodea. De esta forma, se nos plantea el problema del respeto, es decir: para obtener el máximo beneficio de la sociedad que nos rodea, ¿he de actuar con respeto o he de imponerme sobre él?
Bien, para resolver esta duda, recurriremos a un ejemplo fácil y sencillo:

El director de una oficina le chilla a un empleado y le recrimina que se le ha olvidado hacer una tarea. En el mismo momento, le dice que la haga urgentemente, sin cesar con sus chillidos ni con su trato ofensivo hacia su trabajador.

Partiendo del error del trabajador, a quien no vamos a excusar, el director decide adoptar una postura de falta de respeto hacia el empleado con la intención de “marcar territorio” pero, ¿qué consigue?:
  • Lo más probable es que el trabajador, con el miedo por su puesto de trabajo, realice la tarea al instante. Ahora bien, la tarea nunca va a tener la misma calidad que si la realizara sin presión y, además, el miedo que el director le transmite acaba convirtiéndose en una sensación de odio y de alejamiento entre los integrantes de la empresa, lo que tiene una clara repercusión sobre el funcionamiento de la misma
  • En casos extremos, puede suceder que el trabajador, llevado por su rebeldía, se niegue a realizar la tarea o incluso, abandone su puesto laboral si esto se repite muchas veces, lo que generaría mala fama al director y además, la tarea se quedaría sin hacer.

Por tanto, cuando más queramos obtener de las personas que nos rodean, hemos de tratarles desde el respeto, aunque cueste anteponerse a la primera reacción instintiva de los seres humanos, que es la de provocar miedo en el otro para conseguir un resultado inmediato, que sería en nuestro ejemplo, la realización de la tarea.
La sociedad está equivocada: el miedo en las personas que te rodean no va a asegurar tu victoria, o lo que es lo mismo, apartar las piedras del camino, no va a asegurar que llegues a la meta. Sin embargo, con dicho miedo, te aseguras que no vas a poder contar con su ayuda, o al menos, con el 100% de la misma y es que las piedras en el camino, también evitan que te resbales.


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